La respuesta a esta pregunta es, sin duda afirmativa. Hay
que tener en cuenta que lo que el cine llama “simios” en realidad son
“homínidos” y en los últimos 6 millones de años ha habido mucha ocasiones donde
unos homínidos han sustituido a los homínidos anteriores (unos simios han
sustituido a los simios anteriores). Incluso, al parecer, el Homo sapiens,
sustituyó al hombre de Neandertal de forma violenta.
Se sabe que, hasta ahora, la extinción de los homínidos ha estado
vinculada a cambios climáticos, como las pasadas eras glaciares. El hombre y,
en general todos los homínidos, han sido y son muy poderosos gracias a su
inteligencia; pero en épocas de gran estabilidad climática. En cambio, cuando
hay alteraciones bruscas en nuestro entorno, como las que producen cambios
climáticos, es cuando sobre viene nuestra extinción.
Esto es debido a que “alimentar” de información a nuestro cerebro
requiere tiempo y por eso las generaciones humanas tienen una duración media de
25 años, mientras que las de perros o los gatos dura 6 meses o las ratas, un
mes. Esto es. En el tiempo que dura una generación humana, han pasado 50
generaciones los perros o los gatos y unas 300, las ratas. Esto hace que en un
cambio severo en el entorno, la mayoría de las especies pueden mutar y
adaptarse a los cambio; en cambio, el humano lo tiene mucho más difícil.
Esto explica el por qué los científicos tienen tanto interés
en averiguar cuando se producirá la próxima glaciación, qué las puede producir
o cuando se puede producir el impacto de un meteorito en la Tierra.
Por lo tanto y en conclusión, si ya es un peligro el que se
produzca una glaciación, es de absoluta locura que seamos nosotros mismos los
que provoquemos un cambio climático que podría llevar a la desaparición a
nuestra propia especie.
Eso sí; con un poco de suerte, un nuevo homínido (o simio)
procedente de África vendrá a crear su civilización, sobre la nuestra. O no.
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